Como decimos en la página principal, somos la Asociación Unidos con Ucrania, entidad de carácter benéfico creada por Roman Zaitsev tras la invasión de la Federación Rusa a Ucrania en el año 2022. Unidos con Ucrania y este proyecto Read&Bounds de ualecture.com tiene una vocación de establecer vínculos y lazos entre las personas de la Comunidad de Madrid y los niños y adolescentes de Ucrania.
¿Quien es la directora del proyecto y en qué consiste?
Elisa María Martínez Álvarez (Madrid, 1979), licenciada en Derecho y funcionaria pública, es una apasionada de la literatura desde su infancia, donde ganó diversos concursos escolares y municipales de relatos. Ha estudiado en la Escuela Canaria de creación literaria y en la Escuela de escritores de Madrid. Además de publicar diversos artículos en su rama de estudio, ha participado en los libros de relatos colectivos como "Algo de Ignore a las cosas series", "Relatos breves para parejas aburridas, o relatos aburridos para parejas breves" “Las salamandras sobreviven al fuego” es su primera novela.
OBJETIVOS DEL PROYECTO
1. Ofrecer una cercanía cultural y emocional: Los niños refugiados o huérfanos experimentan pérdidas significativas y cambios drásticos en sus vidas. Si bien el Gobierno intenta cuidar lo mejor posible de ellos en la zona de Lviv (Leópolis) al Oeste de Ucrania, aún disponiendo de libros de aventuras, acción, culturales... se ha constatado por parte de las autoridades y psicólogos una enorme desmotivación de los niños al aprender tareas escolares, quedándose muchos de ellos rezagados en su aprendizaje. Al personalizar cuentos y textos, incorporamos palabras, usos, costumbres propias de Ucrania lo que les brinda un sentido de identificación y pertenencia elevando su autoestima y disfrute.
2. Desarrollo de la empatía y mejora de la comprensión lectora: Al leer cuentos que reflejan sus propias realidades, los niños refugiados o huérfanos pueden desarrollar empatía hacia los personajes de las historias (como nuestro popular marciano Yogui) y comprender mejor las experiencias de otros. Esto fomenta una mayor comprensión del universo que les rodea y promueve actitudes más inclusivas y compasivas hacia quienes son diferentes a ellos. Se ha demostrado que mejora la calidad del aprendizaje de materias escolares.
3. Transmisión de valores y enseñanzas: Los cuentos y textos personalizados que creamos incluyen enseñanzas y valores como la resiliencia, la tolerancia, la solidaridad y la superación de adversidades. De hecho, el proyecto se llama Read&Bounds ya que la palabra bounds se puede traducir en inglés como atadura pero también como un salto de liberación. Estas historias, debido al que desarrollo de la Guerra es muy lenta, enseñan a los niños a desarrollarse con paciencia pero con un objetivo de superación moral y personal.
4. Fortalecimiento de vínculos y desarrollo de futuros talentos: El proyecto pretende involucrar a los niños en el proceso creativo, lo que fortalece el vínculo entre ellos, los personajes de los cuentos y los adultos que les proporcionan apoyo emocional y educativo. Al ser historias divertidas y ubicadas a menudo en otros planetas o lugares sin carga política, ayudan significativamente a su bienestar emocional y a su capacidad para desarrollar relaciones saludables, sin odios ni rencores en el futuro. Además, son animados a responder a los personajes, autores y a escribir sus propios cuentos o vivencias, desarrollando su capacidad creativa. Con la ayuda de voluntarios y en colaboración permanente con el Gobierno de Ucrania, se les dan talleres para que puedan mejorar su redacción y desarrollar sus capacidades artísticas.
2. Desarrollo de la empatía y mejora de la comprensión lectora: Al leer cuentos que reflejan sus propias realidades, los niños refugiados o huérfanos pueden desarrollar empatía hacia los personajes de las historias (como nuestro popular marciano Yogui) y comprender mejor las experiencias de otros. Esto fomenta una mayor comprensión del universo que les rodea y promueve actitudes más inclusivas y compasivas hacia quienes son diferentes a ellos. Se ha demostrado que mejora la calidad del aprendizaje de materias escolares.
3. Transmisión de valores y enseñanzas: Los cuentos y textos personalizados que creamos incluyen enseñanzas y valores como la resiliencia, la tolerancia, la solidaridad y la superación de adversidades. De hecho, el proyecto se llama Read&Bounds ya que la palabra bounds se puede traducir en inglés como atadura pero también como un salto de liberación. Estas historias, debido al que desarrollo de la Guerra es muy lenta, enseñan a los niños a desarrollarse con paciencia pero con un objetivo de superación moral y personal.
4. Fortalecimiento de vínculos y desarrollo de futuros talentos: El proyecto pretende involucrar a los niños en el proceso creativo, lo que fortalece el vínculo entre ellos, los personajes de los cuentos y los adultos que les proporcionan apoyo emocional y educativo. Al ser historias divertidas y ubicadas a menudo en otros planetas o lugares sin carga política, ayudan significativamente a su bienestar emocional y a su capacidad para desarrollar relaciones saludables, sin odios ni rencores en el futuro. Además, son animados a responder a los personajes, autores y a escribir sus propios cuentos o vivencias, desarrollando su capacidad creativa. Con la ayuda de voluntarios y en colaboración permanente con el Gobierno de Ucrania, se les dan talleres para que puedan mejorar su redacción y desarrollar sus capacidades artísticas.
EJEMPLO DE CUENTO TRADUCIDO E IMPRESO AL UCRANIANO:
Érase una vez, en una preciosa tierra llena de campos con espigas de trigo, una niña llamada Lily. Lily vivía en un pueblo enclavado en las colinas, donde el aire se llenaba del dulce aroma de las flores y la risa de otros niños jugando. Pero un día, todo cambió.
La guerra llegó al pueblo de Lily. Las tranquilas calles fueron sustituidas por el sonido de las explosiones y los gritos de la gente asustada. Los edificios se derrumbaron y las familias quedaron destrozadas. La otrora vibrante aldea de Lily se convirtió en un lugar de miedo y tristeza.
Lily y su familia tuvieron que huir de su hogar, dejando atrás todo lo que conocían y amaban. Viajaron durante días en busca de seguridad y refugio. Por el camino, conocieron a otras familias como la suya, todas huyendo de la devastación de la guerra.
A pesar de las dificultades, Lily nunca perdió la esperanza. Soñaba con un lugar donde los niños pudieran jugar libremente sin miedo, donde las familias pudieran reír juntas a la sombra de los árboles y donde las flores florecieran en abundancia. Dentro de sí, sabía que todo eso se lo había arrebatado una fuerza maligna pero que el bien siempre acabaría ganando al mal y estaba decidida a que sí fuera. Lily decidió que iba a dar la batalla de la esperanza frente al miedo.
Un día, mientras atravesaban un paisaje yermo, donde apenas había nada más que devastación, Lily vio un pequeño brote verde que asomaba entre la tierra quemada. Se detuvo y lo cuidó con esmero, regándolo con las pocas gotas que les quedaban. Día tras día, el brote crecía más alto y fuerte, y pronto se convirtió en una hermosa flor.
Inspirada por la resistencia de la flor, Lily empezó a recoger semillas de flores silvestres que encontraba por el camino. Con cada nueva floración, plantaba semillas de esperanza en los corazones de quienes la rodeaban. Pronto, un jardín de flores de colores empezó a florecer en medio de la desolación, llevando alegría y consuelo a todos los que pasaban por allí.
La noticia del jardín de Lily se extendió por todas partes, y gente de todas partes acudió a ver el milagro que había creado. El jardín se convirtió en un símbolo de esperanza y resistencia ante aquellos que le habían arrebatado sus más preciadas posesiones, un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros podían florecer la belleza y la bondad.
Con el paso de los años las fuerzas del mal fueron derrotadas. Le podían haber quitado casi todo pero nunca su orgullo por su país y por su gente.
A pesar de las cicatrices de la guerra, el jardín de Lily se convirtió en un exuberante oasis de paz y tranquilidad. Los niños jugaban entre las flores y las familias volvían a reunirse para compartir historias y risas mientras degustaban un plato de borsch, una excelente sopa ucraniana entre otros manjares.
Aunque los recuerdos de la guerra siempre perdurarían, Lily sabía que mientras hubiera amor y compasión en el mundo, siempre habría esperanza de un mañana mejor. Y así, cuidó su jardín con esmero, sabiendo que incluso el más pequeño acto de bondad podía marcar la diferencia.
Y cuando el sol se puso en el horizonte, proyectando un cálido resplandor sobre el jardín, Lily sonrió, sabiendo que sus flores seguirían floreciendo durante generaciones, como testimonio del poder de la esperanza y la resistencia frente a la adversidad.
Érase una vez, en una preciosa tierra llena de campos con espigas de trigo, una niña llamada Lily. Lily vivía en un pueblo enclavado en las colinas, donde el aire se llenaba del dulce aroma de las flores y la risa de otros niños jugando. Pero un día, todo cambió.
La guerra llegó al pueblo de Lily. Las tranquilas calles fueron sustituidas por el sonido de las explosiones y los gritos de la gente asustada. Los edificios se derrumbaron y las familias quedaron destrozadas. La otrora vibrante aldea de Lily se convirtió en un lugar de miedo y tristeza.
Lily y su familia tuvieron que huir de su hogar, dejando atrás todo lo que conocían y amaban. Viajaron durante días en busca de seguridad y refugio. Por el camino, conocieron a otras familias como la suya, todas huyendo de la devastación de la guerra.
A pesar de las dificultades, Lily nunca perdió la esperanza. Soñaba con un lugar donde los niños pudieran jugar libremente sin miedo, donde las familias pudieran reír juntas a la sombra de los árboles y donde las flores florecieran en abundancia. Dentro de sí, sabía que todo eso se lo había arrebatado una fuerza maligna pero que el bien siempre acabaría ganando al mal y estaba decidida a que sí fuera. Lily decidió que iba a dar la batalla de la esperanza frente al miedo.
Un día, mientras atravesaban un paisaje yermo, donde apenas había nada más que devastación, Lily vio un pequeño brote verde que asomaba entre la tierra quemada. Se detuvo y lo cuidó con esmero, regándolo con las pocas gotas que les quedaban. Día tras día, el brote crecía más alto y fuerte, y pronto se convirtió en una hermosa flor.
Inspirada por la resistencia de la flor, Lily empezó a recoger semillas de flores silvestres que encontraba por el camino. Con cada nueva floración, plantaba semillas de esperanza en los corazones de quienes la rodeaban. Pronto, un jardín de flores de colores empezó a florecer en medio de la desolación, llevando alegría y consuelo a todos los que pasaban por allí.
La noticia del jardín de Lily se extendió por todas partes, y gente de todas partes acudió a ver el milagro que había creado. El jardín se convirtió en un símbolo de esperanza y resistencia ante aquellos que le habían arrebatado sus más preciadas posesiones, un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros podían florecer la belleza y la bondad.
Con el paso de los años las fuerzas del mal fueron derrotadas. Le podían haber quitado casi todo pero nunca su orgullo por su país y por su gente.
A pesar de las cicatrices de la guerra, el jardín de Lily se convirtió en un exuberante oasis de paz y tranquilidad. Los niños jugaban entre las flores y las familias volvían a reunirse para compartir historias y risas mientras degustaban un plato de borsch, una excelente sopa ucraniana entre otros manjares.
Aunque los recuerdos de la guerra siempre perdurarían, Lily sabía que mientras hubiera amor y compasión en el mundo, siempre habría esperanza de un mañana mejor. Y así, cuidó su jardín con esmero, sabiendo que incluso el más pequeño acto de bondad podía marcar la diferencia.
Y cuando el sol se puso en el horizonte, proyectando un cálido resplandor sobre el jardín, Lily sonrió, sabiendo que sus flores seguirían floreciendo durante generaciones, como testimonio del poder de la esperanza y la resistencia frente a la adversidad.